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Tu guía turística sobre actividades al aire libre en las Azores, Canarias, Madeira, Chipre y Malta

La vida isleña bajo el sol de finales de verano. ¿Hay algo mejor que eso durante el cálido pero ventoso mes de septiembre? En Europa se encuentran algunas de las islas más hermosas del mundo, y hoy estamos aquí para informarte dónde ir y qué experimentar, especialmente como amantes de la naturaleza. Nuestro objetivo es ayudarte a aprovechar al máximo las tranquilas semanas finales de la temporada y asegurarse de llegar al otoño renovado y lleno de recuerdos.  

Las Azores, Canarias, Madeira, Chipre y Malta tienen algunas cosas en común: todos están ubicados en el Mediterráneo o el Atlántico, albergan una biodiversidad maravillosa y a menudo única (incluidas raras especies endémicas de plantas y animales), son completamente autónomos o disfrutan de un nivel de autogobierno, son culturalmente ricos y están llenos de tradiciones que persisten hasta el día de hoy. Pero, sobre todo, cada uno de estos destinos es increíblemente hermoso y permite hacer actividades al aire libre, como caminatas, observación de aves, ciclismo y picnic, que son perfectas para septiembre. 

Caldeira das Sete Cidades en Isla de São Miguel las Azores 

Esta extraordinaria formación geológica en el archipiélago de las Azores es uno de los hitos naturales más emblemáticos de Europa. El centro de la formación es una caldera volcánica: un cráter formado por el colapso de un antiguo volcán. Dentro de la caldera hay algo especial: el Lago de Sete Cidades, una de las 7 Maravillas Naturales de Portugal. Este lago en realidad se compone de dos lagos: Verde y Azul. Según cuenta la leyenda, se formaron a partir de las lágrimas de un pastor y una princesa que compartían un amor prohibido. Hoy en día, toda la zona está bañada de un verde exuberante y los cuerpos de agua brillan como joyas bajo el sol. 

La Caldeira das Sete Cidades es un paraíso para las actividades al aire libre. Sugerimos explorar las rutas de senderismo y caminatas, especialmente PR3 Vista do Rei, que incluye el borde del cráter y PR4 Mata do Canario, que te llevará a un mirador único del interior del cráter. Los pícnics son otras de las actividades ideales para hacer a finales del verano. No te olvides de llenar tu canasta con delicias locales como piña fresca, plátano y maracuyá, además de aceitunas marinadas, empanadas y fofas, panecillos dulces que puedes encontrar en las panaderías de las Azores. 

Mientras estes en las Azores, también vale la pena visitar Chá Gorreana, la única plantación de té de Europa. Allí podrás observar las hileras ordenadas de arbustos de chá (té) que rayan las laderas onduladas de color esmeralda. Las primeras semillas de la planta (Camelia sinensis) llegaron a principios del siglo XIX, junto con los expertos en té que vinieron a enseñar a los lugareños sobre las distintas fases de producción. Visita las fábricas del museo y aprende todo sobre el cultivo. 

Los dos lagos de la isla de San Miguel, Azores
Los dos lagos de la isla de San Miguel, Azores.

Parque Nacional de Garajonay, Islas Canarias 

En el propio corazón de La Gomera se encuentra un lugar de rara belleza natural. Dominado por laureles, este bosque tropical es denso, siempre verde y frondoso. Es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO y un vínculo vivo con el período Terciario. Algunas de las rutas de senderismo más destacadas de Europa se encuentran en esta pequeña isla y en las 4000 hectáreas de terreno protegido que conforman el Parque Nacional de Garajonay. Los senderos son extensos y están bien señalizados. Ellos te darán la bienvenida a este antiguo paraíso, que incluye valles, acantilados y vistas al Océano Atlántico. Es, sobre todo, un lugar donde reina la naturaleza. Comienza tus exploraciones en el centro de visitantes del parque donde encontrarás exhibiciones y experiencias audiovisuales. Aquí también podrás obtener información sobre las caminatas que mejor se adaptan a tus necesidades.  

Además de las ricas experiencias naturales, La Gomera también es conocida por su escena culinaria. Allí encontrarás algunas cosas que puedes probar antes y después de tu caminata por el parque: almogrote (una pasta para untar hecha con queso de cabra, pimiento picante, aceite de oliva y ajo), miel de palmera (elaborada con la savia de la palmera datilera canaria), papas arrugadas (un plato tradicional de papas hervidas) y potaje de berros ( una sopa hecha de berros, costillas de cerdo y queso).  

Fortaleza en La Gomera, Islas Canarias
Fortaleza en La Gomera, Islas Canarias

Parque Natural de Madeira, Portugal

¿Qué encontrarás en el Parque Natural de Madeira, una reserva biogenética? Antiguos laurisilva, bosques autóctonos, brezales, praderas y tramos costeros rocosos. También encontrarás especies poco comunes como la Orquídea da Serra, grandes árboles pertenecientes a la familia de las lauráceas y otras pequeñas plantas propias del bosque macaronésico de Laurisilva. Es decir, algunos de los paisajes naturales más atractivos del mundo. Uno de los grandes beneficios de hacer senderismo en Madeira es el aprendizaje que conlleva. El parque natural está repleto de una amplia gama de ecosistemas y especies endémicas. Dado el aislamiento de las islas, ciertas especies como el pinzón de Madeira y el pinzón azul han podido prosperar y evolucionar a lo largo de los siglos. Hoy en día, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Mientras exploras los innumerables senderos del parque, mantente atento a estas criaturas especiales. Si eres buceador, podrás explorar las aguas turquesas de la Reserva Natural Marina de Garajau. La fauna marina residente incluye peces de gran tamaño, como las percas oscuras, la mayor atracción turística de la reserva. 

Además de su esplendor natural, Madeira tiene una rica cultura gastronómica. Estas son algunas de las especialidades locales que debes probar: lapas a la parrilla (obtenidas de las rocas de la costa), espetada (una brocheta preciosa y perfecta para los amantes de la carne) y vinos locales, especialmente variedades como sercial, boal, verdelho, malvasía, terrantez y tinta negra. 

Mirador de Lombo do Mouro en Madeira
Mirador de Lombo do Mouro en Madeira.

Chipre  

Al sureste de Grecia se encuentra Chipre, una tierra de grandeza natural, de montañas, llanuras fértiles y costas magníficas. Chipre tiene una historia larga y compleja que se remonta a antes de la era común. No sorprende, por lo tanto, que al explorar los exteriores de este lugar te encuentres con un sitio arqueológico que data de siglos atrás. Al igual que otras islas de Europa, Chipre tiene una rica flora y fauna, incluidas unas 1800 especies de plantas, de las cuales 140 son endémicas. Esto lo convierte en una experiencia rica, especialmente si sabes qué buscar mientras estás en los senderos. Algunas plantas notables que solo se encuentran en Chipre incluyen el ciclamen, el berro troodos y varias orquídeas únicas. ¿Nuestro consejo? Consigue una guía local sobre flora para que puedas identificar estas plantas. 

Recomendamos dos senderos en Chipre. El primero es el sendero Kalidonia, que es un recorrido de ida y vuelta de 6 km por un tupido bosque y luego a lo largo de Krios Potamos (río frío) y alcanza una altura de 1600 metros. El punto culminante de la caminata es, por supuesto, la cascada. Asegúrate de sumergir las manos en el agua fría de la montaña. ¡No hay casi nada tan refrescante! El otro sendero que sugerimos es el Sendero Afrodita, un circuito de 7,7 km que atraviesa un terreno espectacular. De especial interés en este sendero son los Loutra tis Afroditis (baños de Afrodita), donde, según la leyenda, solía bañarse la Diosa del Amor y la Belleza. También pasarás por las ruinas de Pyrgos tis Rigainas (Torre de la Reina), que se cree que pertenecen a un monasterio medieval. Mientras caminas, asegúrate de buscar plantas endémicas como la salvia de troodos (Salvia willeana), el berro de roca púrpura (Arabis purpurea), la aulaga espinosa (Genista fasselata subsp. rawlis), la menta urse (Mentha longifolia, subespecie cyprica), la hierba de Afrodita tártago (Euphorbia veneris) y roble dorado (Quercus alnifolia). Si tienes suerte, también podrás avistar fauna local, como zorros, liebres y erizos. ¡No te olvides de llevar comida a la caminata! Prueba estas delicias locales: alcachofas asadas, queso halloumi, aceitunas y sheftalia (salchicha asada).  

Sendero natural de Kalidonia en Chipre
Sendero natural de Kalidonia en Chipre.

Los lagos Chadwick de Malta 

Alejarse del bullicio de la vida urbana es una de las cosas maravillosas que da el verano. Los lagos Chadwick en Malta son un lugar donde la vida realmente se ralentiza, donde puedes disfrutar del sol del verano y dejar que todos tus pensamientos queden atrás. Estos lagos eran originalmente un sistema de presas interconectadas. Hoy en día, son un santuario para la vida silvestre de todo tipo. Te sugerimos traer unos binoculares para poder observar las decenas de especies de aves (especialmente aves acuáticas, aves zancudas, martines pescadores y garzas) que viven aquí. De hecho, las aves migratorias, que vuelan entre África y Europa, a menudo hacen escala aquí, en los lagos Chadwick, durante su migración. 

Si deseas ver toda la colección de lagos, asegúrate de planificar una caminata de ocho horas. Un buen calzado y ropa ligera son, por supuesto, imprescindibles. Puedes llevar también bastones para caminar que te darán una mayor estabilidad. También hay caminatas más cortas que te llevan a áreas específicas de la zona. La expedición truncada podría ser mejor durante los calurosos meses de verano. Como siempre, ¡asegúrate de llevar comida! Algunas delicias para tener en cuenta son los pastizzi (un popular pastel hecho con masa hojaldrada y relleno de queso), ftira (un pan local cubierto con tomates, aceitunas y anchoas) o Hobz biz-zejt (o pan con aceite, un plato local icónico untado con tomates y cubierto con atún, alcaparras y aceitunas).

Lagos Chadwick en Malta
Lagos Chadwick en Malta.

Cosas a tener en cuenta antes de viajar

Consejos a tener en cuenta al viajar

A través de los viñedos

El vino ha influido en la cultura de Europa durante siglos. Alrededor de 1600 aC., los romanos empezaron a extender el vino por toda Europa, convirtiéndose rápidamente en expertos en la clasificación de la variedad de uvas y de los colores, observando las características y creando las técnicas de fertilización. Desde el siglo I dC, el vino se empezó a exportar desde Italia hacia España, Alemania, Inglaterra y Francia. La bodega más antigua del mundo todavía en funcionamiento, el Castillo de Goulaine en Francia, todavía sigue abierta para los visitantes y fue de las razones por por la cual el país y sus alrededores pronto dominaron el mercado mundial vinícola.